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Biólogo
HRJ Reefscaping
Las hierbas marinas son una parte integral de los ecosistemas marinos de Puerto Rico. En EcoEléctrica estamos rodeados de esta vegetación submarina que brinda varias funciones esenciales para la vida en el planeta y en el archipiélago. Entre ellas la capacidad de extraer dióxido de carbono (CO2) del agua y secuestrarlo sirviendo de sumidero y así reduciendo el efecto de este gas de invernadero. Estas praderas también sirven para amortiguar el impacto de los contaminantes y la sedimentación que llega desde la tierra. Las alfombras verdes filtran el agua que proviene de las escorrentías y la almacenan entre sus raíces. Desde el mar también protegen a la costa de la erosión porque reducen la energía con la cuál las olas chocan en el litoral.
En términos de la biodiversidad las hierbas marinas y sus epífitas son hábitat de alimentación para miles de especies de organismos marinos, desde los invertebrados marinos diminutos, los peces herbívoros, las tortugas marinas y los manatíes. La diversidad y abundancia de estos organismos a su vez atrae a otras especies depredadoras como peces carnívoros, las rayas y los tiburones que cazan en las praderas de hierbas marinas diariamente. También tienen la función de refugio o criadero para las etapas juveniles que son las más vulnerables de muchas especies. Varios invertebrados y peces que se crían en este hábitat se mudan a los arrecifes cercanos una vez crecen y sobreviven entre las hierbas marinas.
Recientemente se han podido observar en las hierbas marinas del sur de Puerto Rico cientos de juveniles de mero cherna, una especie amenazada de extinción. La protección de estos hábitats de criadero y la prohibición de la pesca del mero cherna desde 2004 está permitiendo la recuperación de la especie en Puerto Rico y nos da la esperanza de que se pueden recuperar a las especies icónicas del Caribe de forma natural.